Sharma gana el premio a Mejor Música por la película Humans in the Loop (Aranya Sahay) India.

Saransh Sharma es un compositor, productor y multiinstrumentista que vive en Pune, India. Trabajando bajo el apodo de Khwabgah, su música combina paisajes sonoros orgánicos con producción electrónica texturizada, a menudo basándose en sus influencias ambientales, posclásicas y downtempo.
Nacido en 1995, Saransh es oriundo de Shahpur, una pequeña ciudad en el distrito Kangra de Himachal Pradesh. Al crecer, su mundo musical giraba principalmente en torno a la música cinematográfica hindi.
«Recuerdo haber descubierto Linkin Park en algún momento de mi adolescencia. Realmente abrió mi mente a un mundo de sonidos. Todavía amo la música de cine, pero la idea de que la música pudiera transmitir más que amor y anhelo era nueva para mí».

Estudió ingeniería en la Universidad Gautam Buddha en Greater Noida, donde también tomó la guitarra y comenzó a tocar en bandas de covers. Posteriormente, obtuvo un MBA en Symbiosis, Pune y entró en el mundo empresarial.
«Fue durante la pandemia que descubrí la producción musical. ¡Que se podía hacer todo simplemente, en una computadora!»
Comenzó a aprender producción musical mientras continuaba con su trabajo de tiempo completo. Finalmente, después de pasar media década en la industria de TI, hizo la transición a la música a tiempo completo, un deseo que tenía desde hacía mucho tiempo. Guitarra, piano, sintetizadores y grabaciones de campo forman la base de muchas de sus piezas, construidas sobre capas que se sienten íntimas, táctiles y reflexivas. Saransh tiende a comenzar con bocetos sencillos, a menudo unos pocos acordes de guitarra o una melodía de piano.
En estos momentos crudos y sin pulir es donde encuentra el núcleo emocional de su música. A partir de ahí, superpone texturas y elementos electrónicos sutiles, dando forma a piezas que parecen más canciones que producciones, siempre basadas en un toque humano.

Para Humans in the Loop, nuestro objetivo era crear un lecho de sonido sutil que permitiera que la emoción se desarrollara de forma natural. Cada vez que nos inclinábamos hacia melodías abiertas, sentíamos como si estuviéramos invadiendo la simplicidad de la película. Es una historia tranquila y necesitaba música tranquila, algo honesto y comedido. Esta fue también mi primera experiencia musicalizando una película y con ella aprendí mucho. Combinar la música folklórica de Oraon con elementos electrónicos fue una de las partes más divertidas y gratificantes del proceso.