Nacida en Afganistán y criada en Canadá, Muska Stanakzai encarna la armonía entre dos mundos: uno arraigado en la resiliencia y la tradición, y el otro en la libertad y las posibilidades. Al crecer en Canadá, Muska reconoció su privilegio desde el principio y sintió un profundo sentido de responsabilidad hacia sus raíces afganas. Desde entonces, ha dedicado su vida a unir culturas, amplificar las voces afganas y crear entendimiento entre comunidades.
Como miembro destacado del Festival Internacional de Cine del Sur de Asia (IFFSA), Muska desempeñó un papel fundamental en el comisariado y promoción del cine del sur de Asia, con especial atención a las películas afganas. Su trabajo presentó poderosas historias afganas al público canadiense, permitiendo a la gente ver Afganistán a través del arte, la emoción y la humanidad en lugar de los titulares. También prestó su voz para una película afgana, doblada en Canadá, asegurando que las mujeres afganas estuvieran representadas como narradoras y creadoras, no sólo como sujetos de lucha. Muska se retiró con orgullo de su puesto en IFFSA en 2023, dejando atrás un legado de representación cultural y colaboración creativa.


En 2015, Muska fue honrada con el Premio Mujeres de Coraje en el Día Internacional de la Mujer por defenderse a sí misma y a otras mujeres, abogando por el derecho a vivir la vida en sus propios términos y a alejarse de relaciones que no son ni buenas ni seguras. Este reconocimiento se convirtió en un momento decisivo en su viaje, reforzando su misión de toda la vida de inspirar a las mujeres a elegir la libertad, la dignidad y el respeto por sí mismas por encima de todo.
A lo largo de los años, Muska también ha sido reconocida tanto por el Gobierno de Canadá como por el Gobierno de Afganistán, incluido el Ministerio de Defensa afgano, por su dedicado trabajo al servicio de su pueblo y fortaleciendo la conexión entre las comunidades afgana y canadiense. Estos honores son un testimonio de su compromiso inquebrantable con la defensa, la unidad cultural y la representación.
Educada en Canadá, Muska equilibró sus actividades profesionales con su pasión por el trabajo comunitario. Sus esfuerzos se han centrado constantemente en conectar a los afganos de toda la diáspora y mostrar la belleza, la fuerza y la complejidad de la identidad afgana.
Como inmigrante, Muska a menudo se encontró navegando entre dos identidades: nunca perteneció completamente a una ni a la otra, pero finalmente se dio cuenta de que ella era el puente entre ellas. «Soy una mezcla de dos culturas», dice. «He hecho todo lo posible para llevar lo mejor de ambos mundos».
